El paso de Diego Armando Maradona por el Barça no fue, ni con mucho, tan brillante como cabía esperar: pese al impacto mediático que supuso su incorporación, en las dos temporadas que estuvo entre nosotros se escaparon la Liga y la Recopa. Pero entre el 4 y el 29 de junio de 1983, el Barça, liderado por el astro argentino, vivió tres jornadas de gloria ante el Real Madrid, con la consecución de la Copa del Rey y la Copa de la Liga, de las que ahora se cumplen 40 años.
Su agitada vida personal, su poco entendimiento con la directiva del Club y los obstáculos que encontró con la hepatitis que sufrió en diciembre de 1982 y la lesión en los ligamentos del tobillo, tras una dura entrada de Andoni Goikoetxea el día de la Mercè de 1983, provocaron la salida de Maradona del FC Barcelona, sólo dos años después de su llegada. Sin embargo, en los 58 partidos en los que llevó el ‘10’ de la camiseta azulgrana, también dejó huella de su inmenso talento y proporcionó momentos de gloria al barcelonismo.
La Copa
El primero de estos grandes momentos tuvo lugar la noche del 4 de junio de 1983, en La Romareda de Zaragoza: final de la Copa del Rey, con el Real Madrid como rival. Los blancos, con Alfredo Di Stéfano en el banquillo, llegaban después de haber perdido la Supercopa, en diciembre; la Liga, en la última jornada; y la final de la Recopa, ante el Aberdeen, apenas un mes antes. El Barça, entrenado por César Luis Menotti, también sin Liga ni Recopa, se plantaba en ese partido con la misma necesidad de victoria pero con Maradona en sus filas.
El partido empezó con nervios y juego duro: Migueli hizo volar a Bonet en un aparatoso encontronazo. El Madrid tuvo sus primeras oportunidades pero el Barça golpeó primero en una bonita acción iniciada por Schuster y continuada por Maradona, con un recorte y un pase atrás magistrales, que coronó a Víctor Muñoz. Minuto 32, uno a cero a favor. Antes del descanso, brutal entrada de Camacho a Maradona y, en el arranque del segundo tiempo, cuando todo hacía prever el dos a cero, fallo monumental de Gerardo que sirve en bandeja el empate en Santillana. Minuto 50, uno a uno.
La segunda parte fue igualmente intensa, el Real Madrid desperdició una clara oportunidad cuando Isidro no acertó solo ante Urruti y el Barça, con Maradona vigilado muy de cerca por Bonet, tuvo que esperar el último suspiro para dar el golpe definitivo. El caso es que, cuando se olía la prórroga, Julio Alberto corrió la banda izquierda de La Romareda y puso un centro a media altura que Marcos cabeceó, en un vuelo precioso, para dar el 2-1 definitivo.
El histórico gol del recientemente fallecido ‘Pichón’, además de provocar una icónica butifarra de Schuster, supuso el primer título de Maradona con el Barça. “Marcos ha hecho un golazo que me hubiera gustado marcar a mí, pero que me llena igual de alegría”, comentaba el argentino en la sala de prensa, en referencia a la jugada decisiva del partido. “Hemos sufrido mucho. El Real Madrid no ha merecido, en mi opinión, el empate. Pero al final hemos ganado. Este triunfo lo dedico a la afición, que es quien lo merece”, decía también, llegando al corazón de la gente azulgrana.
La Copa de la Liga
Tres semanas después, los mismos protagonistas, Barça y Real Madrid, se encontraron en la final de la Copa Liga. A doble partido y con la ida en el Santiago Bernabéu. El 26 de junio de 1983 el coliseo blanco vio a Maradona asistiendo a Carrasco para el cero a uno, tras salvar la dureza de la defensa blanca en una acción para enmarcar, y, poco después, culminando una jugada para la historia que supuso el cero a dos.
Fue una acción de contragolpe, también con el Lobo Carrasco como acompañante. Esta vez fue Maradona quien recibió el pase que le dejaba cerca del gol. El Pelusa salvó la salida desesperada de Agustín y, en un gesto genial, esperó la acometida de Juan José antes de recortarle y provocar que se estrellara contra el palo de la portería. Después, sólo tuvo que tocar suavemente el balón para enviarlo al fondo de la red.
La afición merengue se quitó el sombrero ante lo que acababa de ver y premió a Maradona con una deportiva ovación. En cualquier caso, el partido, finalmente, acabaría en tablas (2-2) tras una reacción de pundonor madridista, que dejó para la vuelta, tres días después, la sentencia definitiva de la final. El Camp Nou decidiría.
Y lo que ocurrió el 29 de junio, en el Estadi, fue que el Barça ganó (2-1) en un partido en el que fue muy superior. Maradona marcó el primer gol, transformando un claro penalti que le habían hecho a Schuster, y Alexanco firmó el segundo, cabeceando una falta lateral servida por Julio Alberto. Habían pasado sólo 25 minutos y todo hacía pensar que la noche acabaría en goleada. Sin embargo, el Barça no forzó la máquina y, a diez minutos del final, encajó un gol de Santillana que dejó el marcador en una victoria mínima. Pero suficiente para confirmar el segundo título del Barça de Maradona. “Me llevo a Buenos Aires una alegría inmensa por estos dos títulos y por esa afición única. ¡Amo a esta afición!”, soltó el mito del fútbol en la sala de prensa, después del partido.
Carrasco: «Con Maradona podríamos haber marcado una época»
Francisco José Carrasco (Alcoy, 1959) jugó en el Barça durante once temporadas, en dos de las cuales coincidió con Diego Armando Maradona. Asegura que el astro argentino «desafiaba a la física con su juego» y que era un chico «humilde y observador porque aún no había declarado su reinado en el fútbol mundial». “Da mucha rabia no haber podido marcar un ciclo con Maradona en el Barça. Podríamos haber marcado una época”, asegura Carrasco.
