El Ecce Homo descubierto e identificado como una obra de Caravaggio en 2021, cuando iba a ser subastado en la casa Ansorena de Madrid por 1.500 euros, se expondrá en una instalación en el Museo del Prado a partir del 28 de mayo y hasta octubre de 2024. La cesión temporal responde, según fuentes vinculadas a la operación, a un deseo que la familia Pérez de Castro, la anterior propietaria del linezo, expresó en el contrato de venta del cuadro.
Del nuevo propietario del Ecce Homo sólo se conoce con certeza que no es ciudadano español pero que reside en España y que es aristócrata. Después de que la Comunidad de Madrid declarara la obra como Bien de Interés Cultural (BIC) en 2021, el dueño del caravaggio no podrá llevarlo al extranjero. Desde su atribución, el cuadro ha permanecido custodiado en la galería de arte Colnaghi.
El Prado se ha referido el descubrimiento del Ecce Homo como «uno de los mayores descubrimientos de la historia del arte», y ha destacado «el consenso» y la certeza de la atribución. Tan pronto como hubo noticia de que el lienzo estaba en el mercado, los expertos en el pintor italiano reconocieron su estilo en la composición y en su estilo.
Hay aún dudas sobre el camino por el que el cuadro llegó a España, si fue a través del II Conde de Castrillo, virrey en Nápoles entre 1653 y 1659 o si llegó con los hermanos Inozenzo y Carlo Camillo Massimo, que fueron destinados a Madrid como Nuncios del papa. Los inventarios testamentarios a la muerte de los reyes Carlos II (1701) y Carlos III (1789) incluyen referencias que podrían relacionarse con el cuadro aunque los registros más ciertos son los que certifican que el cuadro estuvo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, al menos desde 1795, colgado en la «sala que da paso a la biblioteca». En 1824, el académico Evaristo Pérez de Castro ofreció a la institución una permuta de un San Juan Bautista de Alonso Cano de su propiedad por uno de cuatro cuadros que identificaba como equiparables. Uno de ellos era el Ecce Homo. La Academia peritó entonces el cuadro, reconoció que no tenía certeza de cuál era su origen, rebajó su categoría a «atribuido a Caravaggio» y decidió que su permuta era interesante para sus intereses.
En el testamento de Pérez de Castro (1849) hay una referencia más al cuadro, atribuido de nuevo a Caravaggio, y tasado en 16.000 reales. No era el más valioso en la colección del fallecido. Durante los siguientes 172 años, el cuadro desapareció de los estudios y del conocimiento público. Sus propietarios creían que la obra venía de un discípulo de José Ribera. El escritor Javier Moro, vinculado a la familia en el pasado, ha recordado que el Ecce Homo estaba en una casa de Almería. Hoy, es uno de los 60 lienzos atribuidos al pintor milanés. Según la profesora Maria Cristina Terzaghi, una de las expertas que avalaron la autoría de la obra, es muy poco probable que en el futuro afloren nuevos caravaggios ocultos.