Desmantelan red internacional de pesca ilegal: 30 toneladas de moluscos contaminados incautados

En una operación internacional liderada por la Guardia Civil y coordinada por Europol, se han detenido a 62 personas y decomisado 30 toneladas de moluscos pescados en zonas contaminadas, cuyo consumo representa un grave riesgo para la salud pública.

Desmantelan red internacional de pesca ilegal: 30 toneladas de moluscos contaminados incautados

La Guardia Civil, en colaboración con Europol, ha liderado una operación internacional que ha permitido desmantelar una importante red delictiva dedicada a la pesca ilegal y el tráfico de moluscos y angulas capturados en aguas contaminadas. La operación, desarrollada conjuntamente con Francia y Portugal, ha resultado en la detención de 62 personas, 19 de ellas en España, y en la investigación de ocho empresas del sector.

Durante los registros, se han incautado un total de 30 toneladas de moluscos y seis toneladas de angulas, mercancías que habrían alcanzado un valor superior a 10 millones de euros en el mercado negro.

Moluscos contaminados, un peligro para la salud pública

Las investigaciones revelaron que estas organizaciones recolectaban moluscos, principalmente almeja japonesa, en zonas costeras de Portugal prohibidas por su alta contaminación. Posteriormente, falsificaban la documentación de origen para comercializarlos como aptos para el consumo humano, eludiendo los controles sanitarios y los procesos de depuración obligatorios.

Estos productos eran distribuidos directamente a establecimientos hosteleros en España, generando enormes beneficios para la red criminal a costa de poner en riesgo la salud pública. El consumo de moluscos contaminados puede ocasionar intoxicaciones alimentarias y enfermedades graves como la hepatitis, debido a la acumulación de contaminantes en el organismo.

Conexiones con el tráfico de angulas y explotación laboral

Además del comercio ilegal de moluscos, la operación destapó una red dedicada al tráfico de angulas entre España, Portugal y Francia. Esta actividad clandestina incluía la explotación laboral de trabajadores, en su mayoría de origen asiático, que cobraban tan solo un euro por cada kilo de moluscos capturados. En el mercado, estos productos podían alcanzar un precio de hasta 25 euros por kilo, generando enormes beneficios para la organización.

Este caso es un precedente en la Unión Europea, al vincular delitos medioambientales con el tráfico de seres humanos y la explotación laboral, resaltando el impacto social y ambiental de estas prácticas.

Empresas bajo investigación

La investigación permitió identificar a varias empresas intermediarias en España que facilitaban la entrada de los moluscos desde Portugal sin cumplir los procesos de descontaminación y depuración necesarios. Estas compañías falsificaban la documentación para dificultar la trazabilidad del producto y su control por parte de las autoridades.

Una operación internacional coordinada por Europol

En la operación participaron organismos internacionales como Europol, junto con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA), la Gendarmería Francesa y la Guardia Nacional Republicana de Portugal. También colaboraron entidades como la Autoridad de Seguridad Alimentaria y Económica de Portugal, en un esfuerzo conjunto por combatir el impacto de estas actividades ilegales en el medio ambiente y la salud pública.

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