El Día Internacional del Sarcoma busca elevar la conciencia sobre este tipo de cáncer que, aunque poco frecuente, impacta tanto a niños como a adultos y cuenta con un tiempo de vida de aproximadamente 5 años en cuanto es diagnosticado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 150 variedades de sarcoma que se desarrollan en los huesos y en los tejidos blandos del cuerpo.
El sarcoma se caracteriza por tumores malignos que se localizan principalmente en los huesos y en los tejidos blandos como músculos, tejido adiposo, vasos sanguíneos, nervios y tejidos conectivos. La detección temprana es complicada, haciendo crucial la concienciación sobre sus síntomas y tratamientos. Entre las variedades más comunes se encuentran los liposarcomas, fibrosarcomas y osteosarcomas.
Los factores de riesgo incluyen ciertas patologías hereditarias como el retinoblastoma familiar, tratamientos radiológicos previos, inflamación crónica, exposición a químicos industriales y ciertos virus. Los síntomas varían ampliamente pero pueden incluir inflamación y dolor en los huesos, protuberancias que crecen, dolor abdominal progresivo, y pérdida de peso.
El diagnóstico del sarcoma requiere una evaluación especializada y puede incluir técnicas como radiografías, resonancias magnéticas, tomografías computarizadas y biopsias. El tratamiento es igualmente complejo e involucra a un equipo multidisciplinar de médicos, incluyendo cirugías, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia, dependiendo de la severidad y ubicación del cáncer.
