En una final memorable celebrada en Berlín, España conquistó su cuarta Eurocopa al derrotar a Inglaterra con un marcador de 2-1. El encuentro estuvo lleno de emoción y giros dramáticos que mantuvieron a los aficionados al borde de sus asientos hasta el pitido final.
Desde el inicio del partido, España mostró su determinación con un juego agresivo y posesión de balón que encerró a Inglaterra en su propia mitad. Fue Nico Williams quien abrió el marcador temprano en el segundo tiempo, aprovechando una excelente asistencia de Lamine para batir a Pickford con un disparo cruzado.
Sin embargo, la alegría española se vio momentáneamente empañada cuando Palmer, recién ingresado, igualó el marcador para los ingleses con un potente disparo bajo que dejó sin opciones a Unai en el arco español.
Con el partido igualado, España tuvo que reaccionar y fue Mikel Oyarzabal quien se convirtió en el héroe del momento al marcar el gol decisivo a cuatro minutos del final. El tanto llegó tras una brillante combinación entre Cucurella y Oyarzabal, quien definió con precisión tras recibir un pase de Cucurella.
La baja de Rodri en el medio tiempo representó un desafío para La Roja, pero Zubimendi demostró ser una alternativa sólida, contribuyendo a mantener el control del juego y asegurar la victoria final.
Con este resultado, España no solo se corona como campeona de Europa, sino que también inaugura una nueva era de éxito y dominio en el fútbol continental. El equipo dirigido por Luis de la Fuente supo sobreponerse a las adversidades y demostró por qué fue merecedor del título en una final que quedará grabada en la memoria de los aficionados españoles y del fútbol mundial.
