Feijóo aboga por la defensa de la “estabilidad, la centralidad y el acuerdo” como fórmulas de la “buena política”
El presidente del PP admite que le gustaría que el PSOE abriera un diálogo con su partido “con un amplio temario sobre la mesa”, pero reconoce que el jefe del Ejecutivo no es libre para hacerlo. “Entre él y nosotros, la diferencia estriba en que nadie nos hipoteca ni nos condiciona. Ningún radicalismo nos tiene intervenidos”.
Considera que “ha pasado el tiempo del radicalismo y está llegando la hora de la moderación” porque “los populistas, que han crecido a base de colectivizar, etiquetar y repartir carnés a la ciudadanía, languidecen y descubren sus carencias en la gestión de los grandes temas”.
“El Gobierno padece una oposición desleal que se sienta en el Consejo de Ministros y cuenta con otra que tiende la mano en asuntos trascendentales para el país”, asegura en alusión a las constantes diferencias en el seno del Ejecutivo y a las propuestas de acuerdo trasladadas por el PP.
Propone ser la “alternativa real” al Gobierno actual, “leal con los españoles y dispuesta a acordar, desde la oposición, los asuntos de interés general”.
Reivindica el proyecto del PP para contribuir a la reconciliación social y a la recuperación económica en Cataluña. “A la Cataluña plural le sienta mejor un proyecto de sociedad libre y abierta que la polarización y la ruptura”.
Considera que Cataluña debe esforzarse por hablar menos de política partidaria y más de economía “porque haciendo lo primero es una evidencia que ha perdido una enorme influencia. El mundo debe poder volver a mirar a esta tierra como un lugar dinámico y próspero”, subraya.
Afirma que su partido es hoy la única formación que garantiza ganas, y argumentos para combatir la decadencia a la que algunas corrientes políticas quieren llevar a Cataluña.
Critica que, tanto el Ejecutivo de Sánchez como el de Aragonés, “han sustituido el gobierno por la mera resistencia” ya que, en ambos casos, las coaliciones “que difícilmente se soportan, se limitan a ir tirando y a aguantar sin otro norte que la supervivencia a costa de España y Cataluña”.
Se pregunta si España y Cataluña pueden afrontar las consecuencias derivadas del conflicto bélico, “con ejecutivos tan precarios” y alerta de que “los acuerdos guiados más por el deseo de ocupar el poder que por deseo de ejercerlo, nunca son buenos”.
Destaca que la guerra está enseñando muchas cosas como que si “caminar solos en el mundo de ayer era algo aventurero, hoy se ha convertido en temerario”.
Sitúa la economía como la principal preocupación del país y califica de “inconcebible” que ante una realidad “tan abrumadora” el Gobierno pueda haber trazado prioridades diferentes a esta.
“En el momento actual España necesita reunir a una mayoría de españoles, no a una coalición de intereses”, afirma.
Subraya que las propuestas del PP para hacer frente a la elevada inflación pasan por deflactar el IRPF para las rentas medias y bajas, agilizar la gestión de fondos, y reducir el gasto político.