a Guardia Civil ha detenido a dos hombres en diferentes actuaciones como presuntos autores de varios delitos contra la intimidad. Los hechos ocurrieron en un hotel de la localidad lucense de Bóveda y en el aseo de una farmacia en Tarazona.
En el hotel de Bóveda, las cámaras estaban escondidas detrás de relojes colgados en las paredes de las habitaciones. La investigación, denominada operación «Norbates», comenzó a finales del año pasado tras la denuncia de una pareja que encontró una cámara oculta detrás de un reloj. Al apagar la luz de la habitación, los denunciantes notaron un reflejo detrás del reloj, descubriendo una mini cámara enfocada hacia la cama y equipada con una tarjeta micro SD para grabar imágenes.
Al avisar a otros huéspedes, encontraron otra cámara similar en una habitación contigua. El propietario del establecimiento devolvió el importe del alojamiento y ofreció 300 euros adicionales a los denunciantes para evitar una denuncia. Sin embargo, más denuncias similares llevaron a la Guardia Civil a registrar el hotel y el domicilio del propietario, incautando varios dispositivos electrónicos, incluidas mini cámaras y relojes con cámaras ocultas. La operación sigue abierta mientras se analizan las grabaciones para determinar su uso.
En Tarazona, otro hombre fue detenido por instalar una cámara de grabación en el aseo de una farmacia donde trabajaba como informático. La investigación comenzó a principios de julio cuando una empleada descubrió la cámara orientada hacia el inodoro. Este dispositivo incluía una tarjeta de memoria de 32 GB y una power bank para permitir su funcionamiento durante semanas.
Los investigadores descubrieron que el detenido había adquirido la cámara hace aproximadamente un año y que estaba en funcionamiento desde mayo. El hombre, vecino de Tarazona, enfrenta cargos por delitos contra la intimidad.