Visto para sentencia el juicio contra Daniel Sancho. Pero para conocer el veredicto habrá que esperar hasta el 29 de agosto. «Contra todo pronóstico, parece que el caso está dirigiéndose hacia una condena que no girará en torno a la premeditación del crimen, la cual ha sido muy difícil demostrar», aseguran fuentes judiciales.
La defensa sale de la corte penal de Koh Samui con impresiones encontradas: están aparentemente satisfechos tras 12 largas sesiones de juicio oral. Todos, desde los abogados, hasta los padres del acusado, se muestran en privado mucho más relajados y positivos que al principio del proceso. Pero también están molestos porque el juez tailandés no ha aceptado la declaración de algunos de sus testigos.
La Fiscalía sale del tribunal también satisfecha con su trabajo porque han apretado al acusado desde el primer día de juicio, incidiendo durante el interrogatorio en que Sancho compró las herramientas (cuchillos, un serrucho…) necesarias para descuartizar a una persona antes de que la víctima llegara a la isla de Kho Phangan, el escenario del crimen.
Los representantes legales de la familia Arrieta son los que más intranquilos han terminado el juicio. Hasta el punto de que, en los últimos días, su estrategia se ha volcado en airear sin pruebas supuestas irregularidades en el proceso (trato de favor a Sancho, corrupción en el tribunal) que favorecen al acusado.
El jueves, un día antes de lo previsto, el magistrado tailandés, cuyo nombre ni siquiera ha trascendido, en orden con el cerrojo informativo decretado, concluyó el juicio con un alegato final del acusado.
«En ningún momento tenía planeado matar a Edwin. Lo que pasó fue en defensa propia, yo solo me defendía de un intento de violación», relató Sancho, reconociendo que, después de que la víctima, en el transcurso de la pelea, se golpeara la cabeza «de manera fortuita» contra el lavabo de la habitación del hotel, sí que utilizo las herramientas de cocina para desmembrar el cuerpo cuando se dio cuenta de que Arrieta estaba muerto.
Fuentes cercanas a la familia Sancho cuentan que el acusado ha pedido perdón «muchas veces» durante su declaración, subrayando que lamentaba mucho la muerte de Arrieta, pero siempre reiterando que no fue un asesinato.
Una disculpa que Sancho ha reiterado, aunque sin dirigirse directamente a los representantes de la familia de la víctima, durante su alegato final de 45 minutos que cerraba un juicio que comenzó el pasado 9 de abril.
«Sancho ha dicho que no se declara culpable de nada porque tan solo trataba de protegerse de Edwin, que llegó incluso a amenazarle con matar a su novia», relata la parte de la acusación que representa a la familia Arrieta y que ha estado presente en la sala del tribunal durante todas las sesiones.
«Sancho ha reconocido que cortó el cuerpo porque quería ocultar la muerte y también que Edwin le dio dinero, que era el principal sponsor de su canal de YouTube. Creemos que el móvil económico demuestra la intención de matar», continúa.
«Pero lo peor fue que, por lo que se ha podido averiguar tras el interrogatorio, Edwin estaba temblando después de que Daniel le golpeara y se diera contra el lavabo. Estuvo media hora vivo hasta que dejó de convulsionar. Podría haberse salvado».
Juango Ospina, el abogado de la familia Arrieta en España, lo tiene claro: «El testimonio de Daniel sigue generando un gran dolor. Creo que no explica con lógica y verosimilitud las incógnitas del caso, las dos habitaciones de hotel, la compra de cuchillos y sierra al día siguiente; la compra de bolsas de basura y productos de limpieza. Lo triste es que parece ser que podría haberle salvado la vida y no lo hizo».