El huracán Kirk, que llegó a alcanzar la categoría 4 con vientos de hasta 250 km/h en su paso por el Atlántico, se convertirá en una borrasca profunda antes de llegar a la península ibérica. Según las previsiones del National Hurricane Center y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Kirk impactará en Galicia el próximo miércoles ya degradado, pero aún dejará importantes fenómenos adversos como lluvias persistentes y vientos huracanados que podrían superar los 150 km/h en algunas zonas.
Kirk, que actualmente se desplaza a 20 km/h hacia el noroeste, cambiará de trayectoria en los próximos días dirigiéndose hacia el norte y nordeste. Se espera que, al pasar por las Azores, pierda gran parte de su fuerza tropical debido a las condiciones menos favorables, como las aguas más frías y una mayor cizalladura atmosférica. A su llegada a Europa, Kirk se habrá convertido en una borrasca extratropical, pero con un amplio radio de acción y efectos que se sentirán en el noroeste peninsular.
El miércoles, Galicia será el punto más afectado por esta borrasca, con rachas de viento que podrían alcanzar los 150 km/h, lo que equivale a un huracán de categoría 1. Además, se prevén precipitaciones acumuladas de hasta 50 litros por metro cuadrado en 24 horas, especialmente en las zonas montañosas del noroeste, como la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica y el Sistema Central. Las costas gallegas y cantábricas también enfrentarán un fuerte temporal marítimo, con olas que podrían superar los seis metros de altura.
Este tipo de sistemas pueden variar su intensidad y trayectoria en las últimas horas, por lo que las previsiones meteorológicas siguen sujetas a cambios. Las autoridades meteorológicas instan a la población del norte de España a estar atenta a las actualizaciones, ya que la situación puede ser muy adversa, con posibles cortes de energía, daños estructurales y peligro en las zonas costeras.
Los efectos de Kirk no se limitarán a Galicia. Se espera que el viento y las lluvias se extiendan por amplias zonas del norte peninsular, afectando a la Meseta Norte y zonas montañosas. El sistema podría profundizarse hasta 970 hPa en su avance hacia el Canal de la Mancha, lo que generará una amplia zona de inestabilidad meteorológica en todo el noroeste de Europa.