La firma de cosmética Puig -dueña de marcas como Carolina Herrera, Paco Rabanne o Nina Ricci- ha debutado este viernes en la Bolsa. Lo ha hecho un precio de 24,5 euros por acción, el más alto de la horquilla fijada en el folleto, lo que supone una capitalización bursátil de 13.920 millones de euros en la que ya es la mayor salida a Bolsa de Europa en lo que va de año.
Las acciones de la compañía catalana cotizarán en las Bolsas de Valores de Barcelona, Madrid, Bilbao y Valencia con la etiqueta de cotización «Puig» a través del Sistema de Interconexión Bursátil (Mercado Continuo).
La tradicional ceremonia del toque de campana, que marca el inicio oficial de la sesión de negociación de la compañía en los mercados ha tenido lugar a las 11.15 horas en la Bolsa de Barcelona y ha sido el presidente de Puig, Marc Puig, el encargado de realizarla.
«Hoy se abre un nuevo y decisivo capítulo en los 110 años de historia de Puig. El precio de nuestra oferta refleja la importante demanda de los inversores y es un reconocimiento del duro trabajo y la dedicación inquebrantable de todos los equipos de Puig, que demuestran creatividad y pasión por la innovación cada día», subrayaba el presidente ejecutivo de la firma.
En los primeros compases de la jornada, las acciones de Puig llegaron a dispararse un 8,2% respecto al precio de salida (24,5 euros), situándose en los 26,5 euros. No obstante, con posterioridad, el mercado fue corrigiendo su valor, hasta ubicarse en el entorno de los 25 euros.
La compañía ha señalado que la oferta ha sido sobresuscrita múltiples veces en todo el rango de precios, lo que demuestra «la importante demanda de inversores institucionales internacionales y nacionales».
De hecho, tras la apertura del libro de órdenes por parte de las entidades colocadoras un día después de anunciar la salida a Bolsa, la firma de cosmética logró ya la sobresuscripción de la oferta, cuyo tamaño es de hasta 3.000 millones de euros.
Fuentes conocedoras de la operación han señalado que «ha habido mucha demanda», lo que garantiza la operación, teniendo en cuenta que ha habido órdenes suficientes por parte de inversores para cubrir el tamaño de la oferta.
Según explica la compañía, la opción de sobre-adjudicación concedida por el accionista vendedor de hasta aproximadamente el 15% del tamaño de la oferta, por un importe de hasta 390 millones de euros, podrá ser ejercida por el agente de estabilización (Goldman Sachs Bank Europe SE) hasta el 1 de junio del 2024.
Tras la oferta, asumiendo el ejercicio al completo de la opción de sobre-adjudicación, la familia Puig, a través de Puig, S.L., conservará el 71,7% de los derechos económicos de la sociedad y el 92,5% de sus derechos de voto.
Asimismo, Puig Brands y el accionista vendedor han acordado determinados compromisos de no disposición (lock-up) con las entidades aseguradoras de la oferta durante un período comprendido entre la fecha de la firma del contrato de aseguramiento y 180 días naturales a partir de la admisión.
Los consejeros, altos directivos y determinados empleados de la compañía también están sujetos a determinadas restricciones de disposición durante un período comprendido entre la fecha de firma del contrato de aseguramiento y 365 o 180 días naturales después de la admisión, pero solo con respecto a un determinado número de acciones de clase B.
En opinión de la compañía, convertirse en una empresa que cotiza en Bolsa implica un «mayor nivel de escrutinio» por parte de los inversores, analistas, reguladores y el mercado en general, «garantizando que las próximas generaciones de la familia Puig estén sujetas a los estándares más altos posibles mientras dirigen la compañía en la dirección estratégica correcta».
«Esto permitirá a la firma competir mejor en el mercado internacional de la belleza durante la próxima fase de desarrollo. Como resultado de la oferta, las estructuras corporativas y de capital de la sociedad se alinearán mejor con las de las mejores empresas familiares del sector de la belleza premium a escala mundial, que cuentan con un fuerte núcleo accionarial vinculado en la mayoría de los casos a sus familias fundadoras, lo que fomenta un enfoque de pensamiento a largo plazo», subraya la firma.
Asimismo, la empresa cree que convertirse en una empresa que cotiza en Bolsa implicará «una mayor visibilidad y conocimiento», lo que debería proporcionar a la empresa «herramientas útiles» para la atracción y retención de talento, al tiempo que abre el acceso al capital como otra fuente de financiación para apoyar la estrategia de crecimiento de las marcas y la cartera de la empresa.