Sanidad activa recursos para proteger la salud mental de afectados por la DANA

El Ministerio de Sanidad activa una red de apoyo en salud mental para acompañar a las personas afectadas por las inundaciones en Valencia y Albacete, ofreciendo recursos y asistencia para mitigar el impacto psicológico de la catástrofe.

Sanidad activa recursos para proteger la salud mental de afectados por la DANA

El Ministerio de Sanidad, a través del Comisionado de Salud Mental, ha puesto en marcha todos sus recursos para brindar apoyo psicológico a las personas afectadas por las inundaciones producidas por la DANA en las provincias de Valencia y Albacete. La comisionada de Salud Mental, Belén González, destaca la importancia de proteger la salud mental en situaciones de emergencia, señalando que el impacto emocional tras una catástrofe natural como esta puede ser profundo y duradero.

“Sabemos que enfrentar una catástrofe de esta magnitud genera un gran impacto psicológico que repercute directamente en el bienestar de la población afectada”, señaló González. Para atender estas necesidades, el Comisionado ha comenzado a desplegar equipos especializados en salud mental y asistencia psicosocial en las áreas más golpeadas, en coordinación con la Oficina Autonómica de Salud Mental y Adicciones de la Comunidad Valenciana. Estos equipos ofrecen apoyo tanto a los damnificados como a los profesionales de emergencias, quienes también están expuestos a altos niveles de estrés.

Recomendaciones para la Población Afectada

El Ministerio de Sanidad ha difundido una serie de recomendaciones para que la población afectada pueda afrontar el impacto emocional de esta situación. Entre las principales indicaciones destacan:

  1. Buscar apoyo en personas cercanas: Es importante compartir los sentimientos con familiares y amigos para evitar el aislamiento. También se recomienda participar en actividades locales de apoyo y ayuda mutua.
  2. Limitar la exposición a la información: Para reducir el estrés, se aconseja informarse solo a través de fuentes confiables y evitar la sobreexposición a noticias negativas o rumores.
  3. Atender a los más vulnerables: Se sugiere brindar especial cuidado a niños, mayores y personas con discapacidades, asegurando entornos seguros y estables para que expresen sus emociones.
  4. Mantener rutinas básicas: Continuar con hábitos diarios como comer a horas regulares y descansar puede ayudar a estabilizar el bienestar. En caso de tratamientos médicos, es importante no interrumpirlos.
  5. Apoyar a quienes muestran síntomas graves: Si alguien expresa pensamientos de desesperanza o muestra señales de angustia intensa, es fundamental ofrecer apoyo y buscar ayuda profesional.

Estos síntomas, como problemas de sueño, ansiedad, llanto o pensamientos intrusivos, suelen ser comunes en las primeras semanas tras una crisis. Sin embargo, si persisten, se recomienda buscar apoyo en los servicios de salud mental.

Apoyo Psicosocial para Personal Interviniente

La comisionada González también enfatizó el apoyo necesario para el personal de emergencias, que trabaja intensamente en estas zonas. Sanidad ha reforzado el enfoque psicosocial para los equipos intervinientes, promoviendo la calma, la eficacia colectiva y el fortalecimiento de conexiones y vínculos en la comunidad. “Cuidar a quienes ayudan es esencial para garantizar una recuperación integral de las zonas afectadas”, expresó.

Coordinación para una Respuesta Integral

El Ministerio de Sanidad, junto a la Oficina Autonómica de Salud Mental y Adicciones de la Comunidad Valenciana, ha desplazado profesionales de salud mental a las áreas más golpeadas. Esto garantiza la continuidad de la atención domiciliaria para personas con trastornos graves y el acceso a servicios psicológicos especializados para los familiares de personas fallecidas.

Este plan de asistencia en salud mental no solo busca ofrecer un soporte inmediato a las personas afectadas, sino también crear una red de apoyo que fomente una recuperación sostenida en el tiempo. Los principios rectores de este plan de emergencia se basan en el respeto a los derechos humanos, la equidad, y la participación comunitaria, asegurando un enfoque de “no dañar” y aprovechando al máximo los recursos y capacidades disponibles en cada localidad.

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