La Muralla Romana de Zaragoza, uno de los vestigios más emblemáticos del pasado de la ciudad, ha sido el eje central de las I Jornadas de Arqueología dedicadas a su conservación, organizadas por la Fundación Viento del Norte. Este evento, celebrado en el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, ha reunido a expertos nacionales e internacionales para debatir sobre su preservación y puesta en valor.
Entre las principales conclusiones del congreso, destaca la necesidad de integrar un Plan Director de la Muralla en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Según José Ignacio Royo, arqueólogo y miembro del Comité Científico de las jornadas, esta integración permitiría establecer un marco normativo claro para garantizar la conservación del patrimonio. “La inclusión en el PGOU aseguraría un protocolo que tanto administraciones como promotores privados deberían cumplir, promoviendo una protección efectiva de este legado histórico», afirmó.
Además, los expertos han resaltado la importancia de la digitalización de la documentación arqueológica y la creación de un repositorio centralizado. Actualmente, los datos sobre la muralla están dispersos, dificultando su consulta y gestión. Royo enfatizó que disponer de un archivo único facilitaría el acceso y análisis de la información para los profesionales y administraciones involucradas.
En la clausura de las jornadas, Gloria Pérez, directora general de Patrimonio del Gobierno de Aragón, destacó la relevancia de la colaboración público-privada en la conservación del patrimonio cultural. “Esta cooperación es esencial para garantizar que la riqueza histórica de Aragón se conserve en las mejores condiciones y continúe siendo un referente cultural”, declaró. También puso en valor el papel del mecenas Carlos Moros, presidente de la Fundación Viento del Norte, por su compromiso con estas iniciativas.
Carlos Moros, impulsor del evento, calificó la primera edición de estas jornadas como un éxito rotundo y anunció una segunda convocatoria, que abordará otras etapas históricas de la muralla, incluyendo los periodos ibérico, medieval e islámico. “El intercambio de conocimientos y experiencias nos permitirá avanzar en la valorización de este patrimonio único”, aseguró.
Con estos primeros pasos, Zaragoza se posiciona como un referente en la conservación y difusión de su patrimonio histórico, marcando el inicio de un camino prometedor para el futuro de la Muralla Romana.